Toda pluma es un fetiche, pero puede convertirse además en un objeto sagrado. Pueblos y culturas de todas las partes del mundo han utilizado sus fetiches y objetos sagrados, desde el rosario y el crucifijo en la Iglesia católica hasta el abanico de plumas de los nativos americanos, pasando por los brazaletes de oración de los monjes tibetanos y los escarabajos que portaban los egipcios.
El termino fetiche procede de la palabra portuguesa "freitico", uno de cuyos significados es "hechizo" y se aplicaba a las reliquias, rosarios e imágenes que se consideraba que poseían cualidades mágicas. Los exploradores portugueses aplicaron esta palabra a los objetos de culto de los pueblos del oeste de África, pero este concepto ha tomado diversas expresiones a lo largo de la historia, aplicándose a lugares sagrados, árboles, reliquias, y demás, si bien la idea esencial del fetichismo estriba en la creencia de que determinados objetos materiales poseen poderes espirituales.
En conclusión, un fetiche sería un objeto que se considera que tiene poderes mágicos o místicos, en última instancia no es más que un recordatorio de la energía con la cual estás sintonizando. Puede ser una talla, una estatuilla, el fragmento de un animal, una piedra o una imagen, o puede ser simplemente una inscripción en un trozo de papel, si bien muchas veces adoptan la forma de cristales, escarabajos, caracolas, pieles, plumas, estatuillas de arcilla...
Fetiches y objetos sagrados se han utilizado frecuentemente como talismanes y amuletos. Para la Orden Hermética del Alba Dorada, un talismán es una figura mágica cargada con la Fuerza que se pretende que representes. En general, no obstante, existe una diferencia entre talismán y amuleto, considerándose el talismán como cualquier objeto hecho para servir a un fin específico , normalmente para traer buena fortuna en algún aspecto de la vida o para ayudar en la consecución de un objetivo. En última instancia el talismán se basaría en la fuerza de sugestión sobre la mente. Por otra parte el amuleto no se diferenciaría demasiado del talismán, salvo por el hecho de que la gente lo lleva consigo con fines protectores de la salud.
Tanto los talismanes como los amuletos se consagran o se cargan a través de un ritual o acto meditativo, que consiste básicamente en aplicar una intención concentrada mientras se elabora el objeto.
Las plumas, los fetiches y otros objetos sagrados se utilizan normalmente para conectar con las energías más etéreas de la vida, pudiendo convertirse en vínculos con los arquetipos del mundo natural, antenas para captar la esfera espiritual, expresiones físicas de reverencia y oración, o herramientas para la protección y la sanación.