La oscura luz morada asciende al norte,
una luz amarilla asciende al oriente.
Entonces surgimos las de las flores de la tierra
para recibir una larga vida de regocijo.
Nos llamamos las Doncellas Mariposa.
Los hombres y las mujeres
llevan sus oraciones hacia el este,
hacen la seña de respeto al Sol nuestro Creador.
El sonido de campanas inunda el aire,
un sonido gozoso en toda la tierra,
su eco regocijado resuena en todas partes.
Humildemente ruego a mi Padre,
el perfecto, Taiowa, nuestro Padre,
el perfecto que creó la hermosa vida
revelada ante nosotros por la luz amarilla,
nos dé luz perfecta a la hora de la roja.
El perfecto concibió el plan perfecto
y nos otorgó un largo espacio de vida,
creó el canto para arraigar la alegría en la vida.
En este camino de felicidad,
las Doncellas Mariposa
cumplimos sus deseos saludando al Padre Sol,
la canción resuena en nuestro Creador con regocijo,
y los de la Tierra la repetimos ante nuestro Creador.
Al aparecer la luz amarilla
el eco gozoso se repite y vuelve a repetir,
suena y resuena a través de todos los tiempos.
Muy buen aporte gracias.
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