Desde el principio hubo tambores
que marcaban el ritmo del mundo:
El sonoro oleaje incesante en la playa;
las cuatro estaciones, sucediéndose una a otra;
cuando llegan las aves, cuando se van,
el oso que pasa hibernando su sueño invernal.
pero todo en el momento exacto.
Observa el latido del corazón en tu muñeca,
el redoble preciso del tambor de la vida;
si pierde el ritmo, enfermas.
JIMALEE BURTON (Cherokee),1974
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