sábado, 27 de junio de 2015

EL BUITRE, El CONDOR, TÓTEM Y MEDICINA (PARTE SEGUNDA)


Si el buitre es tu tótem, es posible que puedas comenzar a ver las auras de colores alrededor de las personas. El buitre puede ayudarle a lograr esto a través de la paciencia, la visión de los buitres te enseña cómo despegar sin utilizar mucha energía, cómo remontar los vientos térmicos en lugar de aletear. A ir con el flujo, a utilizar tu propia energía poderosa y eficiente.

Los buitres tiene la increíble facultad de detectar las corrientes terrenales que se elevan de la tierra, corrientes que aprovechan para remontarse a las alturas. Su habilidad para percibir estas corrientes termales se ha comparado en más de una ocasión a la visión del aura, mediante la cual algunas personas pueden ver las emanaciones de energías sutiles del cuerpo. Todos hemos visto alguna vez una corriente terrenal cuando, por ejemplo, vamos en nuestro automóvil en un día de calor extremo, y vemos como el calor se eleva como un espectro desde la superficie del asfalto. Para los seres humanos estas corrientes solo son visibles hasta una altura próxima de un metro del suelo, pero el buitre es capaz de ver como se elevan en el cielo. Estando en tierra el buitre no puede ver ni sentir las corrientes termales, pero una vez en vuelo, es capaz de sentirlas y verlas con facilidad. Así pues, si el buitre ha entrado en tu vida es probable que en breve puedas ver el aura de las personas y objetos, pues esto es algo que el buitre te puede enseñar.

El buitre es un depredador paciente, capaz de estar volando durante horas sin mover las alas, lo que le convierte en un potente símbolo del vuelo sin motor. Los buitres cabalgan las corrientes térmicas ascendentes, utilizándolas para anular la atracción de la gravedad y elevarse en el cielo. De hecho, no necesitan emplear demasiada energía para suspender los efectos de la gravedad, siendo fácilmente constatable pues en contadas ocasiones mueven las alas. Es como si quisieran recordarnos que el poder de volar no procede de ellos, sino que simplemente aprovechan algo que está a disposición de todo el mundo.

Uno de los secretos que guarda el buitre es el de la levitación, que no es otro que el de la ley de la espiritualidad. La gravedad viene a ser el impulso hacía lo material y lo mundano (lo físico); de ahí que podamos decir, que simbólicamente, el buitre reniega de lo material. Su capacidad para deslizarse flotando por el cielo se ha entendido como un alejamiento de lo mundano y como un símbolo del desapego o cualquier asidero físico. En definitiva, el buitre nos ofrece una imagen de como, con un consumo mínimo de energía, podemos superar la fuerza de la gravedad, tanto si nos referimos a la gravedad de la tierra, como si aludimos a la gravedad de las situaciones y experiencias del mundo material.

Otra particularidad de los buitres es que son capaces de doblar las alas muy por encima de la horizontal, un rasgo único entre las rapaces y entre la mayoría de las aves. Esto le facilita enormemente el vuelo, pues, con un único impulso de sus alas, generan suficiente empuje como para no tener que aletear constantemente, de ahí que el uso eficiente de la energía sea otra de las habilidades que el buitre te puede enseñar.

Pero los buitres también se caracterizan por su aguda visión, al punto de que hay científicos que creen que se comunican entre sí a través de mensajes visuales sutiles, principalmente cuando encuentran un cadáver. Son capaces de detectar una pieza a varios kilómetros de distancia, y los científicos afirman que tienen una visión ocho veces más aguda que la de los seres humanos.


Sin embargo, uno de sus sentidos más potentes es el olfato, que se ha vinculado desde hace mucho tiempo con las formas superiores  de discriminación en las tradiciones metafísicas, una facultad en la que destaca espectacularmente el buitre americano cabecirrojo. De hecho, estos buitres serían capaces de encontrar alimento, si fuera necesario, solo con el olfato, aunque no ocurre otro tanto con el buitre negro que no tiene el olfato tan fino. Así pues, el buitre cabecirrojo te puede ayudar a afinar tu olfato para que puedas usarlo eficazmente en todas las áreas de tu vida. Por ejemplo, este sentido está estrechamente relacionado, como no podía ser de otra manera, con la aromaterapia, por lo que aquellas personas que tengan el buitre cabecirrojo como tótem harán bien en familiarizarse con este tipo de terapia, que pueden utilizar en su propio beneficio o en beneficio de los demás.

El buitre cabecirrojo tiene un aparato digestivo muy singular, a tenor del tipo de alimentos que ingiere, pues su tracto intestinal dispone de sustancias químicas que matan las bacterias que puede haber en las carnes que consume, haciendo que su resistencia al botulismo sea miles de veces superior a la de los seres humanos.

No es inusual que aquellas personas que tienen al buitre como tótem, sufran alteraciones en su aparato digestivo, pues puede ocurrir que algunos alimentos de los que solían disfrutar y que no les generaban ningún trastorno se les hagan de pronto incompatibles, en tanto que otros alimentos que siempre les costó digerir, puedan ingerirlos súbitamente sin problemas. Lo que es indiscutible es que los alimentos que tomas van a tener un efecto más apreciable en tu sistema energético, por lo que convendrá que prestes atención a como te sientes física, emocional y espiritualmente después de ingerir determinados alimentos; no tardarás en descubrir que alimentos debes evitar y que alimentos incrementar en tu dieta.

Cuando el buitre cabecirrojo te llega como tótem es posible también que sufras alteraciones en los procesos de eliminación, pues esta especie de buitre es uno de los pocos animales que existen en el mundo que expulsa sus deposiciones sobre si mismo, concretamente sobre sus patas. Parece que se trata de un mecanismo mediante el cual los buitres eliminan de las patas las bacterias que puedan haber acumulado mientras se alimentaban sobre el cadáver, pues las mismas sustancias químicas antibacterianas de los intestinos se pueden encontrar también en sus excrementos, que cumplirían de este modo una función bactericida sobre patas y garras.

Eso no quiere decir que las personas que tengan al buitre como tótem vayan a tener problemas de incontinencia, ni mucho menos, pero si convendría que se aseguren de que su sistema excretor adecuadamente y de manera regular. Si sientes un acusado descenso de la energía, o bien que un simple resfriado es capaz de desmoronarte, chequea tus movimientos intestinales, puede que tengas que estimularlos.

Otro motivo que podría explicar tan extraña costumbre en el buitre sería que lo hiciese con el fin de refrescarse las patas y las garras, algo que puede resultar de todo punto saludable y beneficioso para quien tenga el buitre como tótem, sobre todo si les resulta difícil soportar el calor. De modo que mete los pies en agua fría y comprueba los resultados.

Por difícil que resulte creerlo, el buitre tiene unos más que aceptables hábitos higiénicos y, en estado salvaje, se baña con frecuencia. El hecho de que no tenga plumas en la cabeza le permite mantenerla relativamente limpia cuando la introduce en las entrañas de los cadáveres, pues de haber tenido plumas, las bacterias se le podrían acumular en la cabeza, con el consiguiente riesgo de infecciones. Y, por otra parte, también utiliza los rayos de sol para desinfectarse, pues cada mañana se da un baño de sol con las alas extendidas, con el fin de calentar las plumas y deshacerse de las bacterias que aún puedan quedar, utilizando las alas como pequeños paneles solares.

El buitre no tiene lo que podríamos llamar una voz, y el único sonido que emite lo consigue forzando  el paso del aire por el pico, con lo cual logra producir una especie de silbido. Para algunas personas, esto estaría indicando la conveniencia de actuar en vez de hablar; para otras, la medicina del buitre estaría apuntando más a hacer lo que hay que hacer y menos a decir lo que hay que hacer.

Los buitres suelen poner los huevos directamente en el suelo, y los pollos son extremadamente sensibles a cualquier interferencia, lo cual supone un largo periodo de incubación y cría por cada pollo, de ahí que los progenitores no se vayan demasiado lejos en busca de alimentos. Los pollos no abandonan el nido ni vuelan hasta los tres meses, motivo por lo cual hay gente que cree que una persona necesita de no menos de tres meses para pasar de una fase de muerte a otra de renacimiento, tal como vendría a simbolizar el buitre.

En alquimia, el buitre es un símbolo de la sublimación, particularmente por su semejanza con el águila. El buitre era la señal que confirmaba la aparición de un nuevo vínculo entre los aspectos volátiles y los aspectos fijos de la vida, entre las energías psíquicas y las fuerzas cósmicas. Era la promesa de que el sufrimiento inmediato era temporal y necesario, pues había en perspectiva un propósito superior, aunque no pudiera comprenderse en ese momento. En buitre te dice que, por difíciles que sean las circunstancias de la vida, el rescate está en camino, que Hércules pronto llegará al rescate de Prometeo.







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