viernes, 24 de julio de 2015

LA SANACIÓN DE LOS NATIVOS NAVAJO


En tiempos aborígenes hubo ceremonias navajo importantes relacionadas con la guerra, la caza, la agricultura y el tratamiento de la enfermedad. Ahora que habitan en reservas, casi todas las grandes ceremonias públicas se centran en la sanación, es decir, en la restauración de la armonía sintonizando con seres sobrenaturales y antepasados. Hay, o ha habido, por lo menos sesenta grandes ceremonias, la mayoría de las cuales implican una combinación compleja de canciones, oraciones, rituales mágicos, la realización de oración con bastones y fetiches mágicos, y la realización de un elaborado con arenas de colores teñidos con pintura seca. Los bailarines enmascarados también juegan un papel importante en algunas ceremonias. Ceremonias que pueden durar dos, tres, cinco o nueve noches, dependiendo en parte de la gravedad de la enfermedad que padece el enfermo.
 
La vida religiosa de los navajos rica y compleja, se basa en la celebración de ceremonias, para hacer frente a las incertidumbres y peligros de su universo.
 
Desde el más pequeño objeto, ser o poder, los insectos inclusive, hasta las grandes montañas que delimitan el territorio navajo, con los truenos y relámpagos que se abaten sobre ella y el mismo hombre, todos tiene su lugar y una función importante en la continuidad del universo.
 
El universo contiene tanto el mal como el bien, no como éticos conceptos abstractos, sino como componentes del mismo.
 

Todo ser humano, no importa lo bien que se haya comportado en vida, tiene un componente maligno que se convierte en un fantasma peligroso después de la muerte, que puede hacer daño a los vivos si no se lo controla.
 
El mal y el peligro proviene de la alteración del orden normal, la armonía o el equilibrio entre los elementos del universo, provocada por falta de conocimiento. Hay muchas cosas o poderes del universo que son indiferentes cuando están bajo control y en armonía con el hombre, pero son potencialmente malos cuando se descontrolan.
 
Los fantasmas de los animales muertos, o las serpientes, osos o coyotes, o fenómenos naturales como rayos o torbellinos, tienen una mayor potencialidad para el mal que otros, pero se los puede controlar, e incluso manejar con los conocimientos necesarios, para el bien. 

Otros elementos son en su mayoría buenos, a menos que cometan excesos, sea el incumplimiento de las restricciones tradicionales sobre el comportamiento humano en relación con o sobrenatural, o desordenes en el juego, la actividad sexual, o actividades inocuas, pueden conducir a la perturbación de la armonía o el equilibrio entre los elementos del universo y el hombre.
 
El comportamiento indebido de los padres de un bebé -en especial la madre-, puede afectar al niño haciendo que sufran enfermedades más adelante. Es por ello que para evitar el contagio, las mujeres tienen restringida la presencia o participación en determinados aspectos ceremoniales, como la realización de las pinturas de arena.
 
El asesinato no es potencialmente peligroso por sí mismo, sino por el contacto con los muertos.
 
Los excesos son pecados, síntomas de enfermedades susceptibles de curación ritual. El principio de reciprocidad rige las relaciones humanas con los elementos del universo, inclusive a otros seres humanos. Así injuria por injuria, enfermedades por malos comportamientos y favor por favor para hacer correctas las cosas, son circunstancias esperables en este peligroso mundo.
 
El conocimiento y la correcta ejecución de los rituales, son los medios para controlar los peligros, exorcizar los fantasmas y restaurar la armonía en las relaciones de un individuo o un grupo con el mundo.

La "Gente Sagrada", son seres sobrenaturales atraídos por el ceremonial, con oraciones de invocación y ofrendas, juzgan la exactitud de lo requerido y si es necesario vendrán a "arreglar las cosas" para restablecer la armonía universal. Las oraciones y ofrendas en las ceremonias navajo nos son con el propósito de glorificar o dar las gracias, son de invocación compulsiva para atraerlos.
 
El objetivo principal del ceremonialismo es la restauración de la armonía universal, una vez que se ha alterado; uno secundario era obtener un incremento de la riqueza, el bienestar del hogar, los rebaños y los campos, la seguridad de sí mismo y sus familiares. Un tercero era obtener algunos objetos ceremoniales, como las valvas blancas o las cuentas de color turquesa para usar como protección contra los rayos y serpientes.
 
Hózhó, significa "agradable, bello o bendito", el término recoge todo lo que un navajo piensa que es bueno o favorable para el hombre, a diferencia de lo que es malo, desfavorable o dudoso. Expresa lo que es la belleza, la perfección, la armonía, la bondad, el bienestar y la felicidad. Es la idea central del pensamiento religioso, añadiendo el enclítico "-jí", -en dirección de, de esta forma o manera- da como resultado el nombre de un rito destinado a crear las condiciones expresadas por el hózhóójí, palabra que se traduce como "camino de bendición".
 
Las mayoría de las ceremonias, son para curar enfermedades, actualmente se celebran para los paciente individualmente, ocasionalmente junto a sus familiares. La preocupación por la salud los llevó a combinar prácticas religiosas y médicas.

Los navajos no tiene asociaciones religiosas o sacerdotes organizados, sus ceremonias se llevan a cabo por especialistas entrenados llamados "Hataatii" (cantantes), siendo el canto ritual un elemento esencial. De hecho el nombre de una de las ceremonias más importantes el "Camino del Canto" es "hatáál" (cantar).

Las ceremonias no se integran con el calendario, a excepción de algunas restricciones estacionales, se llevan a cabo siempre que sean necesarias.
 
Aunque las ceremonias tienen un tinte individualista, a lo largo de la cura de un paciente pueden llegar bendiciones que se extienden a la familia, la comunidad local, incluso a toda la tribu, como la lluvia en tiempo de sequía.
 
Las ceremonias a menudo curan a los pacientes, especialmente cuando la dolencia es de origen psicosomático. Algunos de los procedimientos en las ceremonias Navajo pueden tener efectos orgánicos reales, pero sobre todo constituyen un poderos sistema de terapia sugestiva, que alivia las enfermedades psicosomáticas y permite al paciente afrontar los problemas orgánicos con mayor fortaleza.
 
La terapia se extiende a todos los espectadores, la ceremonia reafirma los principios básicos de su fe, y proporciona un punto de apoyo, que les da comodidad, seguridad y algo donde aferrarse en un mundo inestable.
 
Los "Hataatii" (cantantes) se han formado con  expertos durante largos períodos de tiempo. Se especializan en unos pocos cantos, porque cada uno es tan complejo y vasto que requiere el conocimiento de largas oraciones, plantas medicinales y la simbología de las pinturas de arena.
 
Las mujeres rara vez se convierten en cantantes, probablemente debido al temor de contagio prenatal, sin embargo ha habido un pequeño número muy respetado.

A veces, los cantantes son acusados del mal uso de los conocimientos rituales para dañar a otro, es decir de practicar la brujería.




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