viernes, 12 de junio de 2015

REGALAR Y PEDIR PERMISO A LA NATURALEZA PARA OBSERVARLA

 
Regalar es una manera muy sencilla de mostrar gratitud por las oportunidades que nos presenta la naturaleza y, en esencia, es un gesto con el que se pretendo restablecer el equilibrio. Piensa que si tomas algo, debes dar algo a cambio, sea en forma de regalo, sea ofreciendo tu tiempo y que, en definitiva, es una forma de honrar aquello que estás intentado comprender.
 
El ritual del regalo es muy importante cuando estás estudiando a los animales o cuando te encuentras realmente con ellos en la Naturaleza, da igual que estés en un bosque, en un parque o en el patio trasero de tu casa, pues vas a tener que visitar regularmente distintos entornos naturales si quieres aprender el lenguaje de los animales.
 
Los nativos americanos ofrendan tabaco a la tierra y a los animales, pues el tabaco es sagrado para ellos. De modo que, cuando agradeces con un regalo el encuentro, estás enviando un mensaje a todo cuanto existe en la Naturaleza, un mensaje que les dice que eres receptivo y respetuoso, con lo cual facilitas posteriormente el encuentro.
 
Las ofrendas y regalos te llevan a desarrollar un sentido de gratitud más profundo por la vida y reviste una grandísima importancia cuando te hallas en la Naturaleza, observando y estudiando algún animal o algún aspecto de ella. Por ejemplo, si sueles ir a una zona especial para tus observaciones, busca un regalo especial y déjalo allí cuando estés a punto de partir. El regalo puede ser cualquier cosa: una bellota, o una piedra de colores, un cristal, una hoja especialmente llamativa, una flor que signifique mucho para ti, un manojo de hierbas secas, u poco de miel, o cualquier otra cosa natural. Debe ser siempre u objeto natural para que pueda convertirse en parte de la naturaleza, y no algo que altere la belleza natural del entorno.
 
El ritual del regalo o de la ofrenda cierra el círculo pues la Naturaleza te da algo que tu recibes, y tu le das algo a cambio que ella recibe. Se trata de un ritual poderoso y no precisa de elaboradas oraciones ni de ceremonias formales. Es, simplemente, un ritual circular de regalos.
 
En aquellas situaciones en las que se observa a los animales en entornos artificiales (zoos, centros de naturaleza, etc.) no siempre vas a poder dejar tu regalo, pues estos lugares están muy controlados en aras de la seguridad y el bienestar de los animales y visitantes. En tales casos siempre puedes hacer una pequeña aportación económica al centro. Y si se trata de un lugar al que vas con frecuencia para observar al animal, puedes dar también algo de tu tiempo, haciendo labores de voluntariado. De este modo, estás dando algo a cambio, cerrando así el círculo.
 
También deberías pedir permiso al entorno cuando vas a observar a los animales, sobre todo si se trata de un entorno natural, por lo que te sugiero que, antes de apostarte en el lugar desde el cual vayas a hacer las observaciones, pidas permiso mentalmente, tanto al entorno como a los animales de la zona. Con esto estarás fomentando el respeto mutuo y no estarás dando por sentada la experiencia, con lo cual adquirirá un mayor significado para ti.
 


 

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