La invocación en la oración une nuestro estado de conciencia en la meditación con el poder de la palabra y con nuestra fuerza de voluntad innata. Se requiere práctica para construir la fórmula apropiada para la satisfacción de las plegarias, y cada uno de nosotros debe encontrar la fórmula que mejor le funcione.
Evidentemente, existen unas pautas. En cuanto hemos encontrado la fórmula y empezamos a cambiar y a cultivamos, cambiará también nuestra fórmula para la plegaria. Usándola de forma adecuada, disiparemos cualquier tipo de sombra. Por ello son tan importantes las afirmaciones. Éstas inician el proceso de creación del ambiente apropiado y el cambio de energía en el aura. Ayudan a clarificar la trama a fin de que la energía de nuestras plegarias pueda brotar más rindiendo un mayor fruto.
Se ha dicho: «Pedid y se os dará», pero tenemos que aprender a pedir. Existen unas bases para pedir con toda devoción:
1. Imagen mental adecuada (concentrada y específica) de aquello por lo que estamos rezando. Debemos verlo como si ya fuera nuestro.
2. También tiene que haber una energía emocional aplicada a la plegaria. No se trata de la emoción del deseo, sino más bien de la emoción de la expectativa. Veamos la respuesta a nuestra oración como si la hubiéramos elegido de un catálogo y estuviéramos simplemente esperando que el mensajero nos la traiga a casa.
3. Tiene que haber una vocalización específica y segura. Esta vocalización resulta más efectiva si nosotros: o bien incluimos una referencia a algún aspecto divino que opere en el universo y en nosotros; o incluimos una afirmación acerca de nosotros como parte de este aspecto divino; o permitimos que el universo nos lo traiga en el momento, de la manera y por los medios que nos vayan mejor; o le permitimos que sea invocado en nuestra vida para el bien de todos y de acuerdo con la libre voluntad de todos.
4. Una vez que hayamos iniciado las plegarias, prestemos atención a la ley de recepción. Generalmente cuando rezamos por algo grande, durante unos cuantos días también pueden aparecer en nuestra vida pequeñas cosas. Es posible que alguien vaya a nuestro encuentro o nos ofrezca su ayuda. No quitemos importancia a estos pequeños detalles. Si rehusamos recibir las pequeñas cosas, el universo no nos enviará las grandes. A menudo son las cosas pequeñas las que inician la atracción magnética y las precursoras de la manifestación de las cosas grandes.
Nuestras dudas y temores retrasan las respuestas a nuestras plegarias. Establecen obstáculos e impedimentos. Una vez puesta en marcha, la energía de nuestras plegarias tiene que llegar a su fin, pero hay que intentar que lo haga en el mejor momento para nosotros. Hagamos lo que debamos hacer y dejemos que su satisfacción siga su propio curso.
Cualquier error en nuestras plegarias puede desembocar en unos resultados que no podemos utilizar o que no necesitamos. Mantengamos en secreto nuestras oraciones (sobre todo las oraciones personales). No en silencio, sino en secreto. Esto impide que otros interfieran en las energías. Impide asimismo que otros siembren la duda por lo que se refiere a la validez de nuestras plegarias. Muy a menudo hemos empezado un proyecto y hemos hablado de ello a nuestros amigos, y todo lo que hemos sacado de ello es que nos cuenten lo difícil que resultará o lo catastrófico que fue cuando lo intentaron su tío, su tía, su hermano, su primo o su amigo. En el silencio está la fuerza.
En cuanto a la oración personal, la reserva es importante para alcanzar el éxito.
HOLA: En cuanto al ultimo punto, no se deben hacer los rezos siempre en voz alta, sobre todo en ceremonias de mediciana pa que todos entiendan y sepan lo que esta pasando?
ResponderEliminarPodes orar en voz alta, repitiendo un mantra. Por ejemplo: "Nam myoho renge kyo" y mientras lo repetís, pensás en tus objetivos más profundos. Eso hace que el poder del mantra y tu pensamiento se fusionen con el universo.
EliminarSaludos:
ResponderEliminarEste es un tema que iba a tratar próximamente en una entrada del blog, porque es largo de contestar y en parte pertenece al secreto chamánico. Pero por darte algún dato:
El auténtico chamán, no solamente es médico, también es psicólogo, y sabe perfectamente cuando orar en silencio, cuando susurrar y cuando cantar y estas dos últimas opciones su hacen en voz muy bajita. ¿porqué? Por que la comunicación con los espíritus es mental, y en el caso de los cantos y susurros, son mantras que repite, y se hacen en voz baja por la complejidad que requiere la visualización y la concentración para obtener lo que quiere conseguir. Normalmente también empleará para esto instrumentos musicales con los que acompañarse. Me estoy refiriendo al hombre medicina.
Otra cosa distinta es si el chamán se está empleando como hechicero, es decir en sanaciones mágicas, y decide que la persona afectada necesita para su curación un efecto dramático, entonces voceará, saltará, cantará y hará cualquier cosa que considere oportuna, porque el sabe perfectamente que hay enfermos que no solo requieren la cura física y espiritual, sino también la cura mental, y de esta, si que debe ser participe la persona afectada, porque si no llega a creer que se le ha curado, seguirá enfermo. Cuanto más espectacular sea el ritual, antes sanará el afectado, sobre todo si la enfermedad es psicosomática.
El chamán es un hombre sabio por encima de todo. Su comunicación espiritual es en silencio, pero si las circunstancias lo requieren y el sabe diferenciarlas sin ningún tipo de duda, empleará todos los métodos a su alcance para solucionar el problema.
En ningún caso lo hace para que todos entiendan lo que está pasando... (si no lo entienden más mágico es...) más bien es para impresionarlos y que la conciencia colectiva de todos ellos, le ayude en su ritual.
Ya te digo que trataré este tema más ampliamente en un próxima entrada del blog.
Ahoooo!!
Agradecerte el inmenso e interesantísimo trabajo que realizas en esta web!! El Gran Espíritu te bendice sin duda!! Senka tlasohkamati!!
EliminarMuy buena información! Gracias por ayudarnos a salir adelante con esta guía :)
ResponderEliminarMuchas gracias!!!
ResponderEliminarNo hay que curar mente, sencillamente porque la mente no existe. ni el teatro, ni el impresionar a un paciente ni la credibilidad que este tenga depende el curar. curar solo es cuestión de amor. Nada mas.
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