viernes, 7 de agosto de 2015

LAS DANZAS CHÁMANICAS


El chamanismo incluye la práctica de rituales en la mayoría de los lugares del mundo donde aún se practica. Los chamanes visten con trajes elaborados, cantan, danzan y pueden realizar movimientos físicos extremos en estado de trance.

Estos son una manifestación externa de la experiencia interna conocida como encarnación, en la que el chamán puede luchar batallas contra monstruos, rescatar almas de los enfermos o descubrir secretos profundamente escondidos del otro mundo y los ancestros.
 
Al salir de su trance, recreará la experiencia en forma de historias épicas, reinterpretando el viaje para sus clientes y cualquier otro asistente. Naturalmente, el ritmo desempeña un papel importante en todo esto, y las danzas rítmicas son un método muy usado para entrar en trance.
 
Cuando se reúne mucha gente para contemplar un espectáculo intenso, siempre está presente un elemento ritual o de trance. Los ejemplos de esto van desde las danzas giratorias de los derviches sufíes hasta la Danza Fantasma que formó parte de la reacción de los indios de las llanuras de Norteamérica contra los esfuerzos del gobierno por controlar a las primeras naciones en el siglo XIX. Y no es un error ver ecos de estas prácticas en las danzas de los jóvenes en las discotecas, donde desaparece todo tipo de inhibición y el grupo se convierte en una unidad en trance.
 
La variedad de danzas chamánicas es considerable. En Siberia y las Américas los danzantes imitan a animales o pájaros, manifestando las naturalezas de sus espíritus guía y ayudantes. Mientras que en otras tierras, como Corea y Tíbet, los chamanes manifiestan las formas de los dioses y espíritus, a veces cambiando de trajes una serie de veces mientras están en trance para mostrar que están tomando la forma externa de un espíritu particular. En cada caso, estas danzas tienen como objetivo incrementar el poder, así como permitir el estado de trance y dar forma a la experiencia interna.

La actuación dentro de un contexto chamánico sagrado no es equiparable a la actuación de un cantante moderno frente a un público que paga por verle, estando más cerca del primer teatro, en el que la actuación o el ritual se hace para todos los presentes, y todos ellos participan. El chamán puede haberse preparado para estos rituales con la ayuda de otros, pero lo que ocurre dentro del ritual surge de la influencia de los espíritus y no de un guión ensayado.
 


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