miércoles, 5 de agosto de 2015

LOS TAMBORES, EL CABALLO DEL CHAMÁN


El ritmo insistente de un tambor 0 tañer una cuerda, o las canciones repetitivas, siguen siendo los medios más usados para entrar en estados alterados. El chamán cabalga sobre la onda de sonido y permite que esta le saque de la consciencia de cada día y le introduzca en el estado alterado de consciencia. Estudios de las distintas formas y ritmos de los tambores muestran que sus efectos pueden ser notablemente consistentes. Los tambores usados por los chamanes lapones y siberianos muestran que cada tambor perteneciente a un chamán concreto es golpeado en el mismo lugar durante mucho tiempo, lo que sugiere que los sonidos y el efecto sobre el viajero eran siempre los mismos.
 
Lo que permite el viaje del chamán es la resonancia del tambor, no el ritmo en sí.
 
A menudo se habla del tambor como el caballo del chamán, sobre el que monta para cabalgar los vientos del otro mundo. Esto se compara fácilmente con la idea del caballo de viento tibetano, que se percibe como una manifestación del poder espiritual del chamán.

En las culturas siberianas orientales, el tambor espiritual suele ser circular con bandas en forma de cruz en la parte posterior.

Muchos tienen un mango que contiene en su interior guijarros sueltos o guisantes secos, haciendo que sea al mismo tiempo un tambor y una maraca. Entre los chamanes buryat, ciertos tambores se fabrican estirando una piel (generalmente de cabra) sobre un anillo de hierro redondo u oval. En la parte inferior de la piel se perfora un agujero, a través del cual se sujeta un mango de 18 centímetros. Suele ser de hierro con bandas de cuero. Sobre él se cosen nueve pequeños anillos de hierro que cuando se mueven producen un sonido de maraca. A estos tambores se les denomina «tambores de la paz» 0 también «tambores que dan la bienvenida al Nuevo Año».

Antiguamente los buryat usaron tambores de doble cara, pero en algún momento del pasado distante el Dios de los Muertos, irritado por las visitas de los chamanes en trance que venían a recuperar las almas, golpeó el tambor de un chamán con un rayo y lo partió en dos; desde entonces se han usado tambores de una sola cara.

LOS PALILLOS DEL TAMBOR

Los palillos para tocar el tambor son tan importantes como el propio instrumento, y se les puede llamar el cetro del chamán. Entre los chamanes siberianos pueden ser muy elaborados. Por ejemplo, pueden acabar en una cabeza de caballo tallada, o en una pezuña, mientras que la parte media puede estar ligeramente curvada en forma de silla de montar, a veces con pequeños estribos adosados.

Cuando los sonidos de los palillos se combinan con los del tambor, sirven de caballo y llevan al chamán en su viaje espiritual al otro mundo.

 


 

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